¿Por Qué Incentivar Las Construcciones Sostenibles?
Ante la inminente llegada de millones de personas a las ciudades alrededor del mundo, donde se proyecta que para el año 2050, el 70% de la población mundial viva en dichas ciudades, diferentes sectores deberán entrar en una dinámica acelerada para cubrir las necesidades residenciales y laborales de dichas personas. Uno de estos sectores y quizás uno de los que juega un papel principal junto con el transporte en este ámbito, es el sector de la construcción, donde se evidenciará un crecimiento constante de este durante los próximos años.
De acuerdo con el World Resources Institute (WRI), si se hace una evaluación de las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera por sectores, se encuentra que el sector de la construcción en cuanto a consumo de energía en edificios corresponde al 17,5% de las emisiones totales en el mundo. Ahora bien, la contaminación generada por el sector de la construcción no sólo se da en el consumo de energía, sino que también se da en la producción de cemento que equivale al 3% de las emisiones totales en el mundo, la producción de hierro y acero que equivale al 7,2%, entre otros sectores como lo es el transporte de materiales, que, si se hace combinación de todos estos aspectos y se estima a nivel global el impacto de las construcciones inmobiliarias e industriales en el mundo, equivaldría al 33% de las emisiones de CO2 en el mundo.
Ante este panorama surge la pregunta de ¿por qué es necesario incentivar las construcciones sostenibles? Como bien pudimos ver, las edificaciones son consideradas fuentes de alta demanda de energía para su construcción y operación, al igual que requieren una alta necesidad de materiales durante su vida útil, los cuales contribuyen de manera directa en la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Debido a las altas emisiones de gases contaminantes a causa del sector de la construcción, surge entonces la necesidad de que se empiecen a adoptar medidas sostenibles a la hora de construir nuevas edificaciones, las cuales deberán cumplir diferentes estándares que minimicen su impacto a nivel ambiental durante todas las fases de la vida útil de estos y que contribuyan a mitigar los efectos derivados del cambio climático.
Estas medidas sostenibles que pueden empezar a adoptar las constructoras a la hora de implementar proyectos nuevos o adecuar edificaciones existentes, se pueden abordar desde diferentes ámbitos. Puede ser a nivel constructivo en cuanto al uso de materiales certificados como sostenibles, que le brinden al proyecto diferentes ventajas a nivel bioclimático que impliquen un menor consumo de energía y agua. También puede ser a nivel tecnológico, donde se incluyan tecnologías direccionadas en mejorar la eficiencia del edificio respecto al uso de recursos, así como también, puede ser a nivel estratégico o de gestión, donde el personal a cargo de la administración impulse medidas de ahorro y uso racional de los recursos en conjunto con los usuarios del edificio.
Como puedes ver, existen diferentes maneras en las que se pueden adoptar medidas sostenibles dentro de los proyectos constructivos, sin embargo, hasta el momento sólo he mencionado las medidas que pueden adoptar las constructoras y promotores de los proyectos inmobiliarios, pero no he hablado respecto de quien debe ser el responsable de promover este tipo de estrategias para que se masifiquen y se vuelvan una obligación para los patrocinadores de los proyectos, y deje de ser una medida opcional para los mismos.
Los lineamientos que se deben seguir para la implementación de construcciones sostenibles, en muchas partes del mundo hoy en día han sido definidos por los gobiernos locales quienes, dentro de sus planes de ordenamiento territorial, han incluido las bases y las exigencias mínimas que todos los proyectos nuevos que se construyan deben seguir en cuanto a uso eficiente de la energía, agua y los materiales.
Dichas bases en la mayoría de los casos se han basado en certificaciones internacionales estructuradas por diferentes organizaciones que se han enfocado principalmente en promover la implementación de medidas sostenibles en los proyectos y los galardonan con un reconocimiento por sus buenas prácticas constructivas y operativas. Dentro de este grupo de certificaciones, encontramos la certificación LEED, siendo quizás la más reconocida y completa a nivel mundial; la certificación EDGE, la cual es promovida por el Banco Mundial para impulsar la formulación de proyectos sostenibles en países en desarrollo; la certificación WELL, que se enfoca principalmente en el bienestar de las personas dentro de los edificios; la certificación LIVING BUILDING CHALLENGE, quizás una de las más interesantes puesto que promueve realizar proyectos Net Zero donde la generación de energía, agua y otros recursos sea realizado de manera autosuficiente; así como estas certificaciones, existen otras de menor envergadura y locales en cada país, las cuales todas están enfocadas hacia el mismo objetivo el cual es promover e incentivar las construcciones sostenibles.
Ante este panorama general, podemos predecir que el futuro de la construcción está direccionado hacia las construcciones sostenibles, donde además de necesitarse de la voluntad de los promotores de los proyectos, también se necesitarán estímulos por parte de las administraciones locales con el objetivo de incentivar a través de diferentes beneficios económicos y tributarios, a quienes decidan adoptar medidas sostenibles en sus proyectos y los certifiquen como sostenibles de acuerdo con las instituciones internacionales que mencionamos, o claro está, con las locales en cada país.
Para mitigar los efectos del cambio climático, se deben implementar medidas de mitigación y adaptación en todos los sectores y en todos los niveles, en especial en un sector como el de la construcción que cómo pudimos ver al inicio de este artículo, es el responsables de cerca del 33% de las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera si se mira en su totalidad, razón por la cual, es de vital importancia que tanto los gobiernos como las empresas privadas, empiecen adoptar medidas sostenibles a la hora de construir sus proyectos, lo que les permite reducir la necesidad de recursos para su construcción y operación al igual que minimizan sus efectos sobre el medio ambiente a lo largo de su vida útil.
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